Paraíso: objetivo ambientar la década de los noventa

En la primera semana de junio, se estrenó en Movistar+ la serie Paraíso, creada por Ruth García, David Oliva y Fernando González Molina y dirigida por éste último y producida por Mediapro Studios (Globomedia). Se ha presentado como una serie de ciencia ficción, fantasía y aventuras de un grupo de adolescente que recuerda a otras como Stranger Things, Verano azul o películas de los 80 como Cuenta conmigo o Los Goonies. La acogida entre los espectadores parece que ha sido buena, así que en estas semanas ha dado comienzo el rodaje de la segunda temporada.

Por mi parte, vengo a destacar la importancia que el equipo creativo y artístico de la primera temporada quiso darle a la ambientación y a la estética de la época. La mayor parte de la trama transcurre en los años 90, en un pueblo de la costa levantina, Almanzora. Momento y lugar marcados por la música techno, las discotecas en lugares alejados de poblaciones habitadas y las drogas de diseño. Quizás todos los elementos no estén presentes en la serie, pero se respiran en el ambiente.

De manera más palpable nos encontramos con referencias como marcas, productos, series de televisión, videojuegos, colecciones de libros y grupos pop, que compartían espacio e imaginario con la Ruta del Bakalao entre grupos de chavales que pasaban el verano con la libertad que daba una bici Motoretta GAC o una motocicleta de cross, para recoger esos parajes aparentemente amables antes de que nada haya sucedido, antes de que la trama se haya convertido en algo sobrenatural.

Mi experiencia
Pasé seis meses como persona de apoyo al equipo de arte compuesto por: Imanol Etxeberría, Antón Laguna, Paco Juez y Serafín González. Ellos muy acostumbrados a trabajar juntos y funcionando como una maquinaria perfecta. Mientras tanto iban pasándome sus demandas sobre búsquedas de documentación y referencias para crear ese imaginario que querían conseguir y que se ha conseguido con nota, para que se viese en la pantalla lo más parecido posible a lo que fue aquel histórico 1992 en España.

Según las notas de producción de Antón: «A veces es más fácil hacer época de siglos anteriores, que de los años 90 del siglo pasado, pues es un matiz muy sutil, por no estar tan lejana en el tiempo y recurrir a localizaciones naturales existentes que se  puedan adaptar con intervenciones relativas de mayor o menor calado». No le falta razón.

Vamos a ambientar Paraíso. Años 90
La serie está repleta de iconos de la época, algunos más perceptibles que otros, pero todos presentes. Por aquel entonces, lo habitual era pasar los días de verano en la calle y cuando estás en un pequeño pueblo de playa como Almanzora, nada puede salir mal (o sí). Los chicos meriendan entre la sala de recreativos y la playa, jugando a Street Fighter o Super PANG, bebiendo zumos o refrescos, comiendo helados o bollería, lejos de las miradas de los padres, que confían en la tranquilidad del pueblo.

Cuando no están en los recreativos siguen con destreza jugando a la Game Boy o compartiendo los auriculares del walkman con cualquier casette con las canciones del verano. Todos fantasean con sus series de televisión favoritas, por aquel entonces, Sensación de vivir o Pesadilla en Elm Street adornaban las paredes de sus dormitorios, compartiendo espacio con ídolos musicales como Alaska, OBK o Mecano, rodeados de revistas de misterio como Más Allá o la desaparecida SuperPop, que se mezclaban con libros de Elige tu propia aventura o tebeos de Mortadelo y Filemón.

Otros elementos que marcan épocas son los coches, las cabinas telefónicas, los logos de las diferentes marcas o el aumento de micrófonos de las diferentes televisiones de la época: los primeros canales privados y las primeras cadenas autonómicas, que se harán más presentes en el despliegue de medios que cubren los acontecimientos que desbordan la trama y la calma en un determinado momento.

Además se cuidaron algunos detalles que quizás al espectador le pasen desapercibidos, como los carteles que cuelgan en los escaparates de las tiendas, con electrodomésticos, rebajas y ofertas y precios en pesetas, así como las imágenes de archivo de las televisiones donde se ven algunos videoclips o programas musicales con actuaciones en directo.

Más atrezzo
Además de todo lo relativo al presente en Paraíso, ya nos desvelo nada si digo que algunos personajes dan saltos en el tiempo. Así que hubo que localizar material histórico de las primeras décadas del siglo XX, para crear algunos elementos de atrezzo desde cero: varias fotografías antiguas del faro del’Albir, otra de una lonja, algunas de soldados y enfermeras durante la Guerra Civil, un balneario, una presa, una casona en un acantilado, algún puerto o unos mapas…

La prensa escrita de la época se convierte en base de la investigación, así que hay que recopilar recortes y titulares de noticias a lo largo de la historia de Almanzora sobre desapariciones, plagas de animales, hechos sobrenaturales, que llenarán metros de pared o de suelo en algún momento del relato.

Y por último, conseguir una reproducción exacta a tamaño real de un cuadro pintado en óleo entre 1819-1823, por Francisco de Goya, que representa la melancolía y la destrucción, que podéis encontrar colgado en el Museo del Prado pero que querían que estuviese colgado en otra parte… ¿desvelo algo si digo que era «Saturno devorando a su hijo»?

Resolver todo el clearance

Después de disfrutar la ficción sobre el papel y desde dentro en el proceso de preproducción, con cambios en las localizaciones, reescrituras de guión, con alguna consulta curiosa; llegó la parte menos divertida, pero muy necesaria. Era el momento de gestionar el clearance o cesiones de uso de todos (¡todos!) los elementos que potencialmente saldrían en pantalla: vehículos, productos, imágenes de personas, posters, revistas, libros, marcas, videojuegos, etc. En este proceso es importante tener claras las fuentes originales de donde han salido los elementos y ponerte en contacto con cada una de ellas llegar a un acuerdo legal (¡oh, gracias al departamento jurídico!) que cubra las espaldas a la productora ante cualquier reclamación al respecto.

Y fin… esta vez me estoy perdiendo las aventuras de los chicos de Paraíso en el rodaje de la segunda temporada. Espero volver pronto por aquí a contaros más detalles de los proyectos en los que ando inmersa.

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‘Buñuel en el laberinto de las tortugas’, fuentes documentales en una peli de animación

Aprovechando el Premio Goya al mejor largometraje de animación que recibió la película ‘Buñuel en el laberinto de las tortugas’ recopilé las fuentes de documentación histórica que sirvieron para dar forma a la historía y que de colaboraron en la producción.

Para los que no hayáis visto la película, os diré que en ella se cuenta el origen de Las Hurdes: Tierra sin pan (1933) y cómo se fraguó el rodaje en la región extremeña, de la que fue la primera documental de Luis Buñuel basado en un libro del intelectual contemporáneo, Maurice Legendre.

Aquí podréis ver más detalles sobre las fuentes documentales, los personajes, etc., que publiqué a finales de enero en Biblogtecarios.

Entre ellas:

Además, a raíz de la publicación el post original, una compañera del blog, Ana Doñate, me comentó la existencia de documentación relacionada con Luis Buñuel en el Archivo personal de Max Aub. Desconocía ese fondo relacionado con el cineasta, pero no es de extrañar que exista porque ambos compartieron una larga relación de amistad plagada de conversaciones y correspondiencia de uno y otro lado. No en vano entre la bibliografía de Aub hay referencias a Buñuel en diferentes ocasiones.

Desde aquí, aprovecho, una vez más para recomendar la película de animación. Tanto si conocéis la figura de Luis Buñuel y su obra como si no, os resultará interesante y quizás os despierte la curiosidad de saber más cosas sobre él.

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Proceso de documentación del proyecto ‘Franquismo en color’

Como en otras ocasiones, he dedicado un par de posts al proceso de documentación realizado por un equipo de documentalistas, del que he formado parte, durante los 2 años del proyecto producido por Minoría Absoluta para VEO TV y su canal temático DMAX, que se engloba bajo el título genérico el “Franquismo en color” y que está formado por las siguientes partes:

Si os interesa saber más sobre las fuentes documentales consultadas, archivos públicos y privados, filmotecas, hemerotecas, etc… os invito a visitar el blog colaborativo Biblogtecarios:

Espero haber sido capaz de plasmar en esas líneas al menos la mitad de pasión e ilusión puesta en el proyecto.

¡Qué lo disfrutéis!

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Cuando Alma Reville construyó su País de las Maravillas

Alma Reville, además de ser la esposa del «Maestro del suspense», destacó no sólo porque desarrolló y ejerció una notable influencia en la obra de su marido, si no que cultivó su propia carrera cinematográfica, antes y después de contraer matrimonio en 1926. Sin duda fue una de las mujeres pioneras del cine.

Alma Reville
Alma in Wonderland – The Pictures and The Picturegoer magazine (Diciembre 1925)

Alma comenzó como asistente de montaje, un trabajo tradicionalmente considerado «de mujeres» desde los primeros tiempos del cine, a los 16 años en los Twickenham Studios, donde su padre desempeñaba tareas dentro del departamento de vestuario. Posteriormente fue secretaria de edición. Hechos estos que hicieron que, cuando Alma y Alfred se conocieron, a principio de los años 20’s, ella tuviese una experiencia más amplia y rica que su futuro marido. Así que, él supo aprovechar esa experiencia desde su primera película, The Pleasure Garden, en la que ella fue asistente de dirección.

En el viaje de vuelta desde Alemania a Inglaterra, Hitchcock le pidió que se casasen, y desde ese momento, Alma trabajó en casi todas las películas de su marido, a veces acreditada y otras veces de manera más informal. En ellas ejerció de revisora de los guiones, de script, de responsable de la continuidad y del sonido durante los rodajes… El talento de la Sra. Hitchcock resultaba evidente, hasta tal punto que los expertos de la época decían que «el toque Hitchcock tenía cuatro manos y dos de ellas eran las de Alma Reville».

La sra. de Hitch construyó su carrera también colaborando con otros directores, así escribió guiones y realizó otras labores técnicas en The Constant Nymph, The First Born y After the Verdict, entre otras.

Artículo completo de Alma In Wonderland publicado en Pictures and the Picturegoer en Diciembre de 1925 [PDF]
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Documentando la Guerra Civil en color

Hace unos días se presentó en la Semana Internacional de Cine – SEMINCI, en Valladolid, y posteriormente en cines, el largometraje documental ‘España en dos trincheras: Guerra Civil en color’, proyecto en el que he tenido la enorme suerte de trabajar, dentro del equipo de documentación junto con Lucia Sances y Marta Torras.

A la vez que el largometraje se ha producido una serie de tres capítulos ‘España Dividida: Guerra Civil en color’ que se estrenará en DMAX (antes Discovery MAX) a partir de mediados de noviembre. Ambos proyectos producidos por Minoría Absoluta para VEO TV y su canal DMAX.

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La entrada completa aparece primero en BiblogTecarios, ver aquí.

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Los papeles de Charles Chaplin

Poco hay que decir de Charles Chaplin, de su obra, de su vida que no se haya dicho o escrito ya…
Sin embargo son poco conocidos «sus papeles», por ello desde hace unos cuantos años, la Association Chaplin y la Roy Export Company Establishment, confiaron todo su legado documental personal, para su digitalización, catalogación y conservación, a la Cineteca di Bologna, que ésta mantiene en su Biblioteca di Renzo Renzi bajo el nombre de Proggeto Chaplin: bocetos, guiónes, borradores, fotografías…

The kid (1921) - Fuente: Chaplin's Project
The kid (1921) – Fuente: Chaplin’s Project

Entre los más de 50.000 documentos, quizá quede rastro de esta historia que cuentan por ahí, y que dice que el cineasta del bombín y el sombrero conquistó a la novia del escritor J. D. Salinger y que le marcó su personalidad para siempre.

Si a alguien más le surgen dudas sobre cualquier otro aspecto, personal o profesional, sólo tiene que hacer click aquí o coger un avión directo a la «città rossa». Mi opción favorita es la segunda, siempre.

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